El proyecto de construcción de tres nuevas aulas en la escuela del Caserío La Estancia Pachilip, ubicado en el municipio de Joyabaj, Quiché, ya se ha completado con éxito. Este proyecto surgió como respuesta a una problemática crítica que afectaba a la comunidad: el crecimiento poblacional y el deterioro de las instalaciones escolares habían llevado a un hacinamiento en las aulas, obligando a los estudiantes a recibir clases en espacios improvisados como corredores, patios e incluso la cocina. Estas condiciones no solo dificultaban el proceso de enseñanza y aprendizaje, sino que también generaban incomodidad y preocupación entre padres, maestros y estudiantes.
La comunidad de La Estancia Pachilip, una de las más antiguas de la región, cuenta con una población de 310 familias (aproximadamente 1,550 personas), en su mayoría de origen indígena. Aunque la escuela primaria ha sido un referente educativo en la zona durante casi cien años, el aumento en el número de estudiantes y el desgaste natural de las instalaciones hicieron evidente la necesidad de ampliar y mejorar la infraestructura escolar. Además, la falta de aulas adecuadas limitaba el uso de materiales pedagógicos y afectaba la calidad de la educación que los niños y niñas recibían.
Ante esta situación, la comunidad, representada por el COCODE (Consejo Comunitario de Desarrollo), tomó la iniciativa de buscar una solución. Con el apoyo de la Organización de Padres de Familia (OPF) y la colaboración de la Municipalidad de Joyabaj, se propuso la construcción de tres nuevas aulas. El proyecto también contó con el respaldo de Ingenieros Sin Fronteras , quienes brindaron apoyo técnico y financiero para garantizar su éxito.
La construcción de las nuevas aulas no solo resolvió el problema de espacio, sino que también mejoró significativamente las condiciones de enseñanza y aprendizaje. Los estudiantes ya no tienen que recibir clases en lugares improvisados, y los maestros ahora cuentan con un espacio adecuado para utilizar materiales pedagógicos y tecnologías que enriquecen el proceso educativo. Además, la cocina de la escuela pudo volver a su función original, lo que permitió mejorar las condiciones de higiene y comodidad para la preparación de alimentos.
La comunidad jugó un papel fundamental en la realización de este proyecto. A través de asambleas comunitarias, se organizó para contribuir con materiales y mano de obra, demostrando un fuerte compromiso con la educación de sus hijos. Por su parte, la Municipalidad de Joyabaj aportó materiales de construcción, mientras que EWB-USA brindó el apoyo técnico y financiero necesario para completar el proyecto.
Una vez finalizada la construcción, la responsabilidad de la administración y mantenimiento de las nuevas aulas recayó en la OPF, que se encargará de garantizar que las instalaciones se mantengan en buen estado. La comunidad también ha mostrado su disposición para seguir colaborando en futuras mejoras y ampliaciones, asegurando así la sostenibilidad del proyecto.







